En un partido lleno de emociones, Trent Grisham emergió como el héroe de los Nueva York Yankees al conectar un monumental jonrón en la parte baja del octavo inning, dándole la vuelta al marcador y sellando una victoria crucial ante los Houston Astros. El batazo llegó después de que los Astros aprovecharan los errores del relevista Camilo Doval, exGiants, quien en la parte alta del mismo inning cometió un costoso error y permitió un hit de José Altuve que empató el juego 4-4.
Grisham, en una cuenta completa de 3-2, no perdonó un lanzamiento del zurdo Bryan King y lo despachó a las gradas más altas del jardín izquierdo del Yankee Stadium, desatando la euforia en las tribunas. Este fue su jonrón número 21 de la temporada, pero más impresionante aún: su cuarto cuadrangular en situaciones de empate o ventaja después del octavo inning, liderando las Grandes Ligas en esta categoría.
El momento fue celebrado con un épico “bat flip” hacia el dugout, reflejando la emoción de Grisham y de todo el equipo, que lucha por mantenerse en la contienda. Los Yankees, con un récord de 20-30 en sus últimos 50 juegos, necesitaban desesperadamente esta victoria para mantener vivas sus esperanzas en la temporada.
El cierre del partido quedó en manos de David Bednar, otra de las nuevas adquisiciones de los Yankees, quien logró los cinco outs restantes sin problemas, asegurando el triunfo. Con este dramático final, los Yankees demostraron que, pese a sus altibajos, siguen siendo un equipo capaz de sorprender cuando más se necesita.
