El aura de Javier Milei ha perdido brillo. Bastó un posteo en X, el espacio donde el presidente argentino libra su “batalla cultural” y se siente más a gusto, para iniciar una crisis política, la peor en 14 meses de Gobierno ultraderechista.
El viernes, Milei recomendó invertir en $Libra, una nueva criptomoneda que presentó como parte de un proyecto para financiar a pequeños emprendedores. $Libra se disparó en minutos hasta alcanzar una cotización global de 4.000 millones de dólares.
Cuando todo parecía un gran negocio, se consumó la estafa. Aquellos pocos que habían comprado segundos antes del posteo de Milei a peso de ganga huyeron con sus ganancias y dejaron un tendal de víctimas. Milei borró entonces su mensaje, con el argumento de que no se había “interiorizado” lo suficiente acerca del asunto. Se abrió entonces la caja de Pandora.
En el mejor de los casos, Milei se había dejado convencer por unos empresarios ignotos de las presuntas bondades de $Libra y permitido que hiciesen un gran negocio con su nombre. La crisis estaba servida: pedidos de juicio político en el Congreso y presentaciones judiciales acorralan ahora al presidente.
El lunes, finalmente, Milei ensayó una respuesta en una entrevista grabada a la cadena de noticias TN. Aquellos que compraron $Libra lo hicieron a su riesgo, porque el mercado cripto, dijo, “es como un casino”. Su responsabilidad se limitaba a la de un ciudadano común que, “de buena fe”, había promocionado lo que consideró una buena idea.
El Gobierno quedó satisfecho con el resultado. Hacia el final del día, el vocero presidencial, Manuel Adorni, deseó desde sus redes sociales “que todos tengan la mejor de las noches por delante”. Y cerró el mensaje con su habitual “Fin”, un sello propio que pone un manto de ironía a todos sus posteos. La paz le duró poco a Adorni.