Glendale, Arizona. – Bobby Miller, lanzador de los Los Angeles Dodgers, vivió un momento de tensión durante el juego de pretemporada contra los Chicago Cubs este jueves, cuando recibió un pelotazo en la cabeza que lo obligó a abandonar el terreno de juego. A pesar del susto, el joven pitcher logró salir caminando por sus propios medios, lo que alivió a sus compañeros y aficionados.
El incidente ocurrió en la tercera entrada, cuando Michael Busch, de los Cubs, conectó un fuerte línea recto que alcanzó una velocidad de 106 mph. La pelota impactó a Miller en la sien derecha, justo en el área donde la gorra se une a la cabeza. El lanzador cayó inmediatamente al suelo, sujetándose la cabeza, pero logró incorporarse y permanecer de rodillas mientras el personal médico acudía rápidamente a atenderlo.
Tras ser evaluado, Miller pudo salir del campo caminando sin asistencia, lo que generó un suspiro de alivio entre los presentes. Sin embargo, el manager de los Dodgers, Dave Roberts, confirmó que el jugador quedó “bastante descolocado” tras el impacto y que será sometido al protocolo de conmoción cerebral.
“Va a estar bajo el protocolo de conmoción cerebral”, explicó Roberts. “Lo estaremos vigilando esta noche. No sé qué significa eso en lo que respecta al futuro. Ciertamente, es un revés. Tenemos que asegurarnos de que se sienta bien en los próximos días”.
El suceso ha generado preocupación entre los aficionados y el equipo, ya que Miller es considerado una de las jóvenes promesas del pitcheo de los Dodgers. Su estado de salud será monitoreado de cerca en las próximas horas para determinar si podrá continuar participando en los entrenamientos de pretemporada o si necesitará más tiempo para recuperarse.
Este tipo de incidentes no son comunes en el béisbol, pero sirven como recordatorio de los riesgos que enfrentan los jugadores en el terreno de juego. Los Dodgers, por su parte, esperan que Miller se recupere pronto y pueda regresar a las filas del equipo sin complicaciones.