PORT ST. LUCIE — Por segundo año consecutivo, los Mets enfrentarán la ausencia prolongada de su receptor titular, Francisco Álvarez. El jugador sufrió una fractura en el hueso ganchoso de su mano izquierda durante una práctica de bateo en vivo y será sometido a cirugía este lunes. Según el mánager Carlos Mendoza, Álvarez estará fuera de acción entre 6 y 8 semanas.
La lesión ocurrió debido a la fuerza del swing de Álvarez, no por el impacto de un lanzamiento. Este es un duro revés para los Mets, quienes ya habían perdido a Álvarez durante siete semanas la temporada pasada por una lesión en el pulgar izquierdo.

Un golpe significativo para los Mets
“Es un duro golpe cuando tu receptor titular se lesiona”, admitió Mendoza el domingo en Clover Park. “Pero otros jugadores darán un paso al frente. Tendrán oportunidades, tanto los que ya están en el equipo como aquellos que David Stearns [presidente de operaciones de béisbol] pueda buscar fuera”.
Mendoza explicó que, dado que Álvarez es receptor y la lesión afecta la mano que usa para el guante, es probable que necesite las ocho semanas completas para recuperarse. Esto significaría que el jugador regresaría a la alineación a principios de mayo.

Historial de lesiones de Álvarez
La temporada pasada, Álvarez se resbaló al rodear la primera base y sufrió una rotura de ligamento en el pulgar izquierdo, lo que requirió cirugía y lo mantuvo fuera durante siete semanas. Aunque su regreso inicial fue prometedor, el receptor tuvo dificultades en la segunda mitad de la temporada, finalizando con una línea ofensiva de .237/.307/.403, 11 jonrones y 47 carreras impulsadas.
¿Quién tomará el relevo?
En ausencia de Álvarez, el suplente Luis Torrens asumirá el rol de receptor titular. Además, los Mets cuentan con opciones en el campamento como Chris Williams, Hayden Senger y Jakson Reetz para cubrir la posición. Sin embargo, la pérdida de Álvarez representa un desafío significativo para el equipo, tanto en la defensa como en la ofensiva.
Conclusión
La lesión de Francisco Álvarez es un recordatorio de lo impredecible que puede ser el béisbol. Mientras los Mets se preparan para afrontar esta adversidad, la esperanza es que el joven receptor se recupere por completo y regrese con la misma determinación que lo ha caracterizado. Mientras tanto, el equipo deberá confiar en su profundidad y en la capacidad de sus suplentes para mantener el ritmo en su ausencia.