El ejecutivo de recursos humanos que está en el centro de un escándalo viral de infidelidad se casó con un miembro de una de las familias más antiguas y ricas de Boston.
Kristin Cabot, quien se encuentra de licencia en su trabajo en Astronomer luego del vergonzoso incidente que la captó la semana pasada en Jumbotron, parece estar casada con el propietario de Privateer Rum, Andrew Cabot, según publicaciones en las redes sociales.
El marido supuestamente abandonado promociona su linaje familiar como propietario de sexta generación de la antigua marca de ron, fundada por el “original” Andrew Cabot.
La fortuna de los Cabot ha trascendido generaciones y se estimó en 200 millones de dólares en un perfil de la familia publicado por el New York Times en 1972. Esto equivale a 15.400 millones de dólares en 2025.
No está claro cuándo se casaron Kristin y Andrew, pero al menos es el segundo matrimonio para ambos.
Su divorcio anterior finalizó en 2022.
La cuenta de LinkedIn, ahora eliminada, de Kristin Cabot mostró que se ha desempeñado como “miembro del consejo asesor” de Privateer Rum desde septiembre de 2020.
Los registros de propiedad muestran que compraron una casa de $2,2 millones en la costa de New Hampshire a principios de este año.
La familia Cabot es uno de los clanes originales “Boston Brahmin” que controlaron Nueva Inglaterra durante siglos: un club tan antiguo, WASP y distinguido que los Kennedy, católicos irlandeses, quedan excluidos.
La familia hizo su fortuna con el hollín, conocido coloquialmente en los círculos industriales como “negro de carbón”, un ingrediente clave en los neumáticos de los automóviles, y cuyo origen se remonta a Nueva Inglaterra desde hace 10 generaciones.
Pero los miembros de la familia han estado detrás de una gran cantidad de negocios en toda Nueva Inglaterra, incluida la compañía de ron.
El patriarca de la familia, Samuel Cabot, impulsó la fortuna de la familia al casarse con Eliza Perkins, la hija de un rico comerciante.
La familia es tan conocida en Boston que se dice localmente que los “Cabot sólo hablan con Dios”.
Como dice un poema local: “Y este es el viejo Boston, el hogar de las judías y el bacalao, donde los Lowell sólo hablan con los Cabot, y los Cabot sólo hablan con Dios”.
Los Cabots de antaño eran marineros y comerciantes que participaban en el comercio de esclavos y opio a principios del siglo XIX.
Según el perfil, a lo largo de los años compartieron parte de su generosidad con instituciones educativas de Nueva Inglaterra como la Universidad de Harvard, el Instituto Tecnológico de Massachusetts, la Universidad de Norwich y la Escuela Perkins para ciegos.
