Texas, EE.UU. – La cifra de víctimas mortales por las devastadoras inundaciones que azotan el centro-sur de Texas ascendió este domingo a 82, según el último reporte de las autoridades. Entre los fallecidos hay al menos 28 niños, mientras continúa la búsqueda urgente de 10 niñas y una monitora desaparecidas tras el repentino desbordamiento del río Guadalupe, que arrasó un campamento cristiano en la madrugada del viernes.
El condado de Kerr, epicentro de la tragedia, registra 68 de las muertes confirmadas. Larry Leitha Jr., alguacil del condado, informó que 18 adultos y 10 menores aún no han sido identificados. Las lluvias torrenciales, que comenzaron antes del fin de semana del 4 de julio, provocaron un aumento histórico en el caudal del río —más de seis metros en menos de dos horas—, devastando la región de Hill Country, al norte de San Antonio.
Operativos de rescate y alertas vigentes
El gobernador Greg Abbott confirmó que al menos 41 personas permanecen desaparecidas. Mientras tanto, equipos de emergencia, respaldados por voluntarios, caninos de búsqueda y helicópteros, recorren la zona en labores de rescate y remoción de escombros. El Servicio Meteorológico Nacional extendió alertas por nuevas inundaciones hasta la noche del domingo, con pronósticos de hasta 25 centímetros de lluvia adicional en áreas ya saturadas.
Respuesta federal y controversia
El presidente Donald Trump activó la declaración de emergencia para movilizar recursos de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), aunque postergó su visita a la zona para “no interferir” con los operativos. Sin embargo, la medida contrasta con los anunciados recortes presupuestarios a FEMA para 2025, que incluyen la eliminación de programas clave de prevención de inundaciones, generando críticas en comunidades vulnerables como las afectadas.
Conmoción nacional
La tragedia ha conmocionado al país, especialmente por el alto número de víctimas infantiles. Testigos relataron cómo las aguas barrieron el campamento en minutos, dejando a familias enteras en la incertidumbre. “Era un caos; el río se llevó todo”, describió un sobreviviente a medios locales.
Mientras Texas enfrenta una de sus peores crisis climáticas en décadas, las preguntas sobre la preparación ante desastres y el futuro de las políticas ambientales cobran relevancia. Las autoridades insisten en que la prioridad sigue siendo salvar vidas.