Reportaje exclusivo basado en documentos obtenidos por el Miami Herald/Tampa Bay Times revela que un tercio de los detenidos en el centro no tienen antecedentes criminales.
Florida, EE.UU. — En las profundidades del sistema de detención migratoria estadounidense opera un centro conocido entre funcionarios como “Alligator Alcatraz”, un apodo que evoca su reputación de prisión de máxima seguridad para extranjeros considerados “psicópatas despiadados” o “trastornados”. Sin embargo, registros exclusivos analizados por el Miami Herald/Tampa Bay Times muestran una realidad más compleja: cientos de inmigrantes detenidos allí no enfrentan cargos penales ni tienen condenas en EE.UU., y están recluidos únicamente por violaciones administrativas migratorias.
Los datos clave
Más de 250 detenidos (aproximadamente un tercio de los 700 casos revisados) no tienen antecedentes penales ni acusaciones criminales pendientes.
Entre los que sí tienen historial delictivo, los cargos oscilan entre intento de asesinato y simples infracciones de tránsito, según la lista obtenida.
Al menos 70 personas fueron marcadas para ser transferidas a este centro, pero los documentos no especifican si ya están allí.
Los registros no detallan la naturaleza de los presuntos delitos, y no se ha verificado caso por caso de manera independiente.
El perfil de “Alligator Alcatraz”
El apodo refleja la dureza del centro, ubicado en un entorno remoto y de difícil acceso, similar a la famosa prisión de Alcatraz en California. Funcionarios estatales y federales lo describen como un destino para “los peores de los peores”, pero los documentos sugieren que la realidad incluye a personas cuya única falta es cruzar la frontera sin estatus legal.
Casos emblemáticos:
Migrantes con reingresos ilegales (delito federal no violento).
Detenidos con condenas cumplidas años atrás, ahora retenidos solo por procesos migratorios.
Individuos con cargos pendientes no verificados, cuyos casos podrían ser menores.
La controversia
Organizaciones pro derechos migrantes denuncian que el centro podría estar mezclando perfiles de riesgo radicalmente distintos, desde criminales violentos hasta familias o solicitantes de asilo. “Esto alimenta la narrativa de que todos los migrantes son peligrosos, cuando muchos solo buscan una oportunidad”, afirma una abogada de la ACLU consultada por los medios.