ROMA — Miles de personas marcharon el sábado en la ciudad siciliana de Messina para protestar contra un plan del gobierno para construir un puente que conectaría la Italia continental con Sicilia en un enorme proyecto de infraestructura de 15.500 millones de dólares.
Los manifestantes se oponen firmemente al proyecto del Puente del Estrecho de Messina debido a su escala, las amenazas de terremoto, el impacto ambiental y el espectro de la interferencia de la mafia.
La idea de construir un puente que conecte Sicilia con el resto de Italia se ha debatido intermitentemente durante décadas, pero siempre se ha retrasado debido a estas preocupaciones. Sin embargo, el proyecto dio un gran paso adelante cuando un comité gubernamental que supervisa las inversiones públicas estratégicas aprobó el plan esta semana.

El ministro de Transporte, Matteo Salvini, principal impulsor político del proyecto, lo calificó como “el mayor proyecto de infraestructura en Occidente”.
Salvini citó estudios que estiman que el proyecto crearía hasta 120.000 puestos de trabajo al año y ayudaría a estimular el crecimiento económico en el sur de Italia, económicamente rezagado, ya que se invierten miles de millones más en mejoras de carreteras e infraestructura circundantes.
Estos argumentos no convencen a los opositores. También les indigna que unas 500 familias tengan que ser expropiadas para construir el puente.
“¡El estrecho de Messina es intocable!”, gritaban los manifestantes mientras marchaban en Messina. Muchos portaban pancartas que decían “No Ponte” (Sin puente). Los organizadores estimaron una multitud de 10.000 personas.
El puente propuesto tendría una longitud de casi 3,5 kilómetros, con una sección suspendida de más de 3 kilómetros. Superaría al puente de Canakkale, en Turquía, por 1270 metros, convirtiéndose en el puente colgante más largo del mundo.


Las obras preliminares podrían comenzar a finales de septiembre o principios de octubre, a la espera de la aprobación del Tribunal de Cuentas de Italia. Está previsto que la construcción completa comience en 2026 y que finalice entre 2032 y 2033.
Los planes para construir un puente han sido aprobados y cancelados varias veces desde que el gobierno italiano solicitó propuestas por primera vez en 1969. La administración de la primera ministra Giorgia Meloni revivió el proyecto en 2023.
Con tres carriles para vehículos en cada dirección, flanqueados por una vía férrea de doble vía, el puente tendría capacidad para 6.000 vehículos por hora y 200 trenes al día, lo que reduciría el tiempo de cruce del estrecho en ferry de hasta 100 minutos a 10 minutos en coche. Los trenes ahorrarían entre 2 y 12 horas en tiempo de tránsito, afirmó Salvini.
