Santo Domingo — Casi un año después de la trágica muerte de Ismael Ureña Pérez, un joven beisbolista de apenas 14 años, su familia sigue clamando por justicia. Según sus denuncias, el exjugador de béisbol Jordi Cabrera habría suministrado al adolescente esteroides ilegales, sustancias que —aseguran— provocaron su fallecimiento. Pese a las acusaciones, Cabrera permanece en libertad, un hecho que ha exacerbado el dolor y la indignación de los seres queridos de Ismael.
Protestas y acusaciones de encubrimiento
Este jueves, familiares y amigos del joven se congregaron frente a la Procuraduría General de la República para exigir respuestas. Entre sus principales reclamos está la falta de acceso al informe de la autopsia, documento crucial que —denuncian— las autoridades han retenido injustificadamente. “Nos están negando la verdad”, afirmaron, insinuando un posible encubrimiento por parte de funcionarios.
Amenazas y más víctimas en la familia
Durante la manifestación, los allegados de Ismael revelaron que han sido objeto de amenazas por su búsqueda incansable de justicia. “Compran influencias y nos amenazan con fracturarnos brazos y piernas”, denunciaron, sin especificar a los presuntos responsables.
Además, la familia alertó sobre un patrón alarmante: los hermanos de Ismael también habrían sido inducidos al consumo de esteroides y ahora padecen graves secuelas de salud. Un familiar cercano aseguró que, en el caso del joven fallecido, médicos especialistas confirmaron que su muerte estuvo vinculada al “uso prolongado y severo de estas sustancias”.
La lucha continúa
Aunque decidieron levantar temporalmente el campamento instalado como protesta, la familia advirtió que no cejarán en su exigencia de justicia. “No descansaremos hasta que se esclarezca la verdad y se castigue a los responsables”, sentenciaron, mientras mantienen viva la memoria de Ismael como un talento truncado por prácticas irresponsables.