El icónico actor de Hollywood, Gene Hackman, conocido por sus memorables interpretaciones en películas como The French Connection y Bonnie and Clyde, fue encontrado sin vida en su residencia de Santa Fe, Nuevo México, junto a su esposa, la pianista clásica Betsy Arakawa, y su perro. La noticia fue confirmada por el sheriff del condado de Santa Fe, Adán Mendoza, este jueves.

Según informó el periódico Santa Fe New Mexican, los cuerpos de Hackman, de 95 años, y Arakawa, de 63, fueron descubiertos por la policía el miércoles por la tarde. La pareja llevaba 34 años casada. Las autoridades no sospechan de la intervención de terceros ni de la comisión de algún crimen, y hasta el momento no se ha revelado la causa de la muerte.
Una carrera legendaria en el cine

Gene Hackman fue uno de los actores más respetados y versátiles de la industria cinematográfica. A lo largo de su carrera, ganó dos premios Oscar, tres Globos de Oro y el prestigioso premio Cecil B. DeMille en 2003. Entre sus papeles más destacados se encuentran los de Popeye Doyle en The French Connection (1971), por el cual ganó el Oscar a Mejor Actor, y Little Bill Daggett en Sin perdón (1992), que le valió el Oscar a Mejor Actor de Reparto.

Hackman también dejó una huella imborrable en películas como Bonnie and Clyde (1967), donde interpretó al hermano mayor de Warren Beatty, papel que le valió su primera nominación al Oscar. Además, su participación en The Royal Tenenbaums (2001) demostró su capacidad para combinar drama y comedia con maestría.

Una vida marcada por la perseverancia
Nacido como Eugene Hackman el 30 de enero de 1930 en San Bernardino, California, el actor creció en un entorno familiar inestable. Sus padres se mudaron constantemente antes de establecerse en Danville, Illinois. Hackman recordaba con nostalgia el momento en que su padre, también llamado Eugene, se despidió de la familia con un simple gesto de la mano cuando él tenía solo 13 años. “No me había dado cuenta de lo mucho que puede significar un pequeño gesto”, confesó Hackman en una entrevista con GQ en 2011. “Tal vez por eso me hice actor”.
A los 16 años, Hackman se unió a la Infantería de Marina, donde sirvió durante cuatro años y medio en China, Japón y Hawai. Tras su servicio militar, estudió periodismo y producción de televisión en la Universidad de Illinois, pero pronto abandonó esos planes para perseguir su verdadera pasión: la actuación.
El inicio de una carrera brillante
A los 27 años, Hackman se inscribió en el Pasadena Playhouse de California, donde conoció a un joven Dustin Hoffman, de 19 años. “Había algo en él que parecía como si tuviera un secreto. Uno sabía que iba a hacer algo”, recordó Hackman en una entrevista con Vanity Fair en 2004. Junto a Robert Duvall, formaron un grupo de amigos que buscaban abrirse camino en el mundo del espectáculo en Nueva York.
En 1964, Hackman consiguió su gran oportunidad en Broadway con la obra Any Wednesday, lo que le abrió las puertas al cine. Su papel en Lilith (1964) junto a Warren Beatty marcó el inicio de una carrera que lo llevaría a convertirse en uno de los actores más respetados de su generación.
Un legado imborrable
La muerte de Gene Hackman marca el fin de una era en Hollywood. Su capacidad para interpretar personajes complejos y su dedicación al arte de la actuación lo convirtieron en una figura icónica del cine. Aunque su partida deja un vacío en la industria, su legado perdurará a través de sus películas y su influencia en generaciones futuras de actores.
Hackman no solo será recordado por sus premios y nominaciones, sino también por su humildad y su enfoque en la autenticidad. Como él mismo dijo en una ocasión: “No se trata de ser famoso, se trata de contar historias que importen”.