Roma, Italia – En una escena que evocó el histórico encuentro de Juan Pablo II en el año 2000, el papa León XIV cerró este domingo el Jubileo de la Juventud con una masiva misa en Tor Vergata, donde más de un millón de jóvenes se reunieron bajo un llamado a “aspirar a cosas grandes” y a construir “un mundo diferente”.

Un llamado a la santidad y a rechazar el consumismo
En su homilía, el pontífice animó a los jóvenes a no conformarse con poco:
“No se dejen arrastrar por el consumismo. Comprar, acumular, consumir no es suficiente. Necesitamos alzar los ojos hacia algo más grande: la santidad, la justicia, la paz”.
El mensaje, pronunciado en italiano, inglés y español, resonó entre peregrinos de 146 países, con una destacada presencia de 27,000 españoles, el segundo grupo más numeroso después de los italianos.
Un evento histórico con un toque de dolor
La celebración no estuvo exenta de momentos emotivos. León XIV recordó a tres jóvenes ausentes:
María Cobo (20 años, España), fallecida días antes del evento.
Pascale Rafic (Egipto) e Ignacio González (España), hospitalizados.
“Recemos por ellos”, pidió el papa, generando un emotivo silencio entre la multitud.
Un mensaje de paz en medio de la guerra
Antes del rezo del Ángelus, el pontífice lanzó un fuerte llamado por la paz:
“¡Estamos con los jóvenes de Gaza, con los de Ucrania, con todos aquellos que sufren la guerra! Ustedes son la señal de que otro mundo es posible, donde los conflictos se resuelvan con diálogo, no con armas”.
Sus palabras provocaron aplausos y ovaciones, especialmente al mencionar a las zonas en conflicto.
Un pontífice cercano y con gran poder de convocatoria
El evento superó todas las expectativas, consolidando a León XIV como un líder espiritual con una gran conexión con la juventud. La misa, celebrada en el mismo lugar donde Juan Pablo II reunió a dos millones de personas en el 2000, confirmó el carisma del nuevo papa y su capacidad para inspirar a las nuevas generaciones.