OKLAHOMA CITY — Con los brazos abiertos hacia el cielo y una sonrisa que borró años de reconstrucción, Shai Gilgeous-Alexander selló el capítulo final de una temporada magistral. El MVP de las Finales (29 puntos, 12 asistencias) lideró a los Oklahoma City Thunder hacia su primer campeonato en la franquicia tras vencer 103-91 a los Indiana Pacers en un dramático Juego 7, celebrado este domingo ante una multitud en éxtasis.
El triunfo de la constancia
El Thunder, el equipo más dominante de la temporada 2024-25 (67 victorias en temporada regular), culminó su épica campaña con 84 triunfos combinados (playoffs incluidos), igualando a los legendarios Chicago Bulls de 1996-97 como la tercera mejor marca en la historia de la NBA. Solo los Warriors de 2017 (88) y los Bulls de 1996 (87) superan esa hazaña.
“No parece real“, confesó Gilgeous-Alexander, abrazado por el entrenador Mark Daigneault al final del partido. “Tantas horas, noches de duda y fe… Este grupo lo merece“.
La sombra de la lesión
Los Pacers enfrentaron el duelo sin su estrella Tyrese Haliburton, quien sufrió una ruptura del tendón de Aquiles en los primeros minutos del partido tras una caída sin contacto. La baja desestabilizó a Indiana, que dependía de su líder (promedio de 24.5 puntos en playoffs). A pesar de los 22 puntos de Pascal Siakam, el equipo no encontró respuesta al juego colectivo del Thunder.
El futuro llegó
El triplete de jóvenes estrellas de Oklahoma City brilló cuando más importaba:
- Jalen Williams: 20 puntos y defensa clave.
- Chet Holmgren: 18 puntos y 9 rebotes, dominando la pintura.
- Gilgeous-Alexander: 10 puntos en el cuarto periodo para cerrar el sueño.
“Construimos esto paso a paso“, declaró Daigneault, arquitecto del proyecto. “Hoy Oklahoma City es una ciudad de campeones“.
Récords y legado
- Primer título para una franquicia que llegó a Oklahoma en 2008.
- Gilgeous-Alexander se convirtió en el primer jugador desde Tim Duncan (2003) en ganar el MVP de las Finales sin haber disputado antes una Final.
- Los Pacers cayeron en su segundo Juego 7 de estas Finales, repitiendo la amargura de 2000 contra los Lakers.
Mientras el champagne corría en el vestuario, el Thunder envió un mensaje al resto de la liga: su dinastía acaba de comenzar.