Distrito Nacional — La comunidad de María Auxiliadora amaneció en shock este miércoles tras una brutal escena de violencia de género que terminó con tres vidas perdidas, incluyendo la del agresor. Samuel Mora Alcántara, capitán del Ejército Dominicano, asesinó a su expareja, Elania Cabrera, y a su suegra, Beatriz Cabrera, antes de quitarse la vida en un caso que las autoridades investigan como femicidio-suicidio.
Una relación marcada por el terror
Según testimonios de familiares y vecinos, Elania había intentado cortar todo vínculo con Mora Alcántara después de una relación abusiva, caracterizada por control, amenazas y agresiones. En busca de seguridad, se había refugiado en la casa de su madre, pero el peligro la persiguió hasta allí.
“Ella tenía miedo, pero creyó que alejándose sería suficiente. Nadie debería vivir con ese terror”, declaró una vecina cercana a la familia, quien prefirió mantener el anonimato.
La noche del horror
Alrededor de las 9:00 p.m. del martes, el militar llegó al residencial en un vehículo, irrumpió en la vivienda y disparó a sangre fría contra ambas mujeres. Beatriz Cabrera murió en el acto, mientras que Elania fue trasladada de emergencia al Hospital Moscoso Puello, donde falleció poco después debido a las graves heridas de bala.
Tras el crimen, el agresor huyó del lugar, pero horas después, en circunstancias aún bajo investigación, se quitó la vida en las cercanías de Sabana Perdida.
Un sistema que falló
El caso ha reavivado las críticas hacia las instituciones responsables de proteger a las víctimas de violencia de género, especialmente en un país donde, según datos oficiales, al menos 37 niños y niñas han quedado huérfanos por feminicidios en lo que va de 2025.
“Este crimen pudo evitarse”, denunció una activista feminista local. “Las mujeres piden ayuda, denuncian, pero el Estado no actúa a tiempo. ¿Cuántas más tienen que morir?”.
Las autoridades no han confirmado si Elania había interpuesto denuncias previas contra su agresor, pero vecinos aseguran que el militar ya había mostrado comportamientos violentos en el pasado.
Duelo y exigencia de justicia
Mientras la comunidad llora la pérdida de dos mujeres descritas como “trabajadoras, amorosas y luchadoras”, organizaciones sociales exigen:
Investigación exhaustiva del caso, incluyendo posibles negligencias.
Mayor protección para mujeres en situación de riesgo.
Sanciones ejemplares para agresores, incluso dentro de las fuerzas armadas.
El Ministerio de la Mujer y la Procuraduría General de la República aún no se han pronunciado oficialmente, pero el caso promete encender aún más el debate sobre la urgencia de reformas legales y políticas públicas efectivas contra la violencia machista.