CINCINNATI — Edwin Díaz observó la escena en la novena entrada del viernes por la noche y se dio cuenta de que había estado allí antes.
Bases llenas, nadie fuera, juego en juego.
“Sabía que tenía dos opciones: ganar el partido o perderlo”, dijo Díaz después de que los Mets vencieran a los Rojos 5-4 en el Great American Ball Park. “Tomé la decisión correcta: ganar el partido”.
Bastaron con un nuevo par de zapatillas de clavos —que se puso en el campo con un out en la entrada y las bases llenas— para que Díaz rematara la faena, manteniendo la ventaja de una carrera de los Mets. Ponchó a Elly De La Cruz antes de correr a cubrir la primera base para el último out con un roletazo lento de Gavin Lux a Luis Ángel Acuña.



Hasta que le dio base por bolas a TJ Friedl para llenar las bases, Díaz dijo que se resbalaba en el montículo. Lo que no se dio cuenta fue que le faltaba el clavo delantero del zapato izquierdo.
El nuevo par de zapatillas ayudó a curar su reacción alérgica a la zona de strike (Díaz dio dos bases por bolas en la entrada) y le dio a los Mets una victoria para comenzar esta serie clave que tiene implicaciones en la carrera por el comodín de la Liga Nacional.

“Después de cambiarlo, comencé a sentirme mejor”, dijo Díaz.
Los Rojos, desesperados por victorias para mantenerse a flote en su búsqueda del tercer comodín de la Liga Nacional, quedaron seis juegos detrás de los Mets en esa contienda. Los Gigantes, ubicados entre ambos equipos, están cuatro juegos detrás de los Mets.
Los Mets tuvieron un buen desempeño del bullpen en general, ya que Ryne Stanek, Brooks Raley, Tyler Rogers y Díaz se combinaron para 3 ²/₃ entradas sin anotaciones detrás de una apertura mediocre de David Peterson.